Entre los chorros de agua mansa
que despiertan mi Ser interior,
mana el olor de incienso y azahar
que extiende un manto
de paz,
despertando un encuentro íntimo
del alma, y los sentidos más profundos.
Lejanos los ruidos
remotos del bullicio
juegan con los alegres tintineos,
que surgen de los veneros del corazón
rugiendo canciones melodiosas,
fuentes acuíferas de alegría rebosante
impregnan de energía, tus tejidos .
Tras un largo e intenso viaje
con múltiples idas y venidas,
arrastrando con fuerza, mi equipaje
fueron cicatrizando
mis heridas.
Deslizándome por los caminos,
Con la energía de la esperanza,
Llenando cada rincón, cada orificio,
Cada centímetro de mi vida.