El crujir de las hojas otoñales
me hicieron despertar
y el rocío de los ventanales
recordar tus ojos abiertos
mirando mi desnudez
oasis en el desierto
que tu mano amansaba
sonó un golpe intenso
abrí los ojos de repente
era todo un gélido sueño
y mi rostro se cubrió de lagrimas
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Mª Ángeles Morales Vega
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